1. Los alimentos nos proporcionan la energía y los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para crecer, recuperarse, realizar actividades físicas y resistir a la enfermedad. El cambio climático puede convertirse en una importante amenaza a la seguridad alimentaria del mundo, ya que tiene enormes consecuencias sobre la producción, el acceso y la distribución de alimentos. Especialmente en peligro se encuentran los países en desarrollo, que dependen en gran medida de la agricultura y tienen menos recursos y posibilidades para combatir los efectos del cambio climático y los daños causados por los acontecimientos extremos.
2. El agua: no hay nada en la Tierra que pueda vivir sin agua. Un 70% de la Tierra está cubierto de agua, pero solamente un 2,5% es agua potable; el resto es agua salada. Una persona necesita de 2 a 4 litros de agua potable al día. En todo el mundo, en las tareas agrícolas se emplea un 70% de toda el agua potable, mientras que en las actividades industriales se utiliza un 22% y en el uso doméstico alrededor de un 8%. Una sexta parte de la población del mundo carece de agua potable y dos quintas partes no disponen de letrinas. El cambio climático representa una amenaza adicional: se teme que 3.000 millones de personas sufran escasez de agua y que 100 millones de personas corran un mayor riesgo de sufrir inundaciones en las zonas costeras.
3. La tierra es necesaria para que la mayoría de las familias de las zonas rurales dispongan de una forma sostenible de producir alimentos y obtener ingresos. Las dificultades en la propiedad o el alquiler de la tierra contribuyen a menudo a la inseguridad alimentaria y a la pobreza. El cambio climático, que puede producir fenómenos extremos como las tormentas y las inundaciones, está dificultando aún más la cosecha y la recolección de productos de la tierra.
4. En los bosques viven cientos de especies de mamíferos, pájaros y reptiles, así como miles de insectos y especies vegetales.
5. La recolección de productos de los bosques es importante para el sustento de millones de personas que viven en los bosques o cerca de ellos. Los bosques producen oxígeno, utilizan dióxido de carbono y garantizan la conservación del agua y del suelo. Cuando los bosques se talan o se queman, se libera el dióxido de carbono y se pierde el habitáculo de muchas plantas, animales, insectos y otras criaturas.
6. La biodiversidad se refiere a la variedad de todos los seres vivientes en nuestro planeta y las pautas que establecen. Esto incluye las diferencias entre las especies, las diferencias entre las mismas especies y la gama de hábitats donde viven. Muchas actividades humanas tienen un efecto negativo sobre la biodiversidad. Las plantas y los animales viven en determinadas condiciones climáticas y prefieren determinadas temperaturas y una cantidad precisa de lluvia. Si estas cantidades cambian, puede que las especies no sobrevivan en esa zona.
7. La pesca sirve de sustento a alrededor de 200 millones de personas en el mundo. El pescado es una buena fuente de proteínas, minerales y ácidos grasos esenciales, y forma una parte importante del régimen alimentario. La pesca es extremadamente vulnerable a la polución, la destrucción del hábitat y otras formas de pérdida ecológica. Los cambios en las temperaturas de los océanos pueden afectar las reservas de pescado de las cuales dependen muchas comunidades para su supervivencia.
8. Millones de personas están afectadas por los desastres naturales: por ejemplo las sequías, las inundaciones, los terremotos, los huracanes, los fuegos y las plagas. Todos los años hay de 30 a 40 países en situaciones de crisis que necesitan asistencia exterior para superar problemas graves de inseguridad alimentaria. Fenómenos relacionados con el cambio climático como el aumento del nivel del mar, los aumentos en la temperatura, la disminución de la disponibilidad de agua y fenómenos extremos como las oleadas de calor, las inundaciones y los ciclones tienen efectos muy graves sobre la Tierra y los entornos locales.
9. Siete de cada 10 personas hambrientas en el mundo son mujeres y niñas. A las mujeres les afectan especialmente los riesgos derivados de los daños ecológicos. Las mujeres pobres suelen depender más que los hombres de los recursos naturales, por lo que cuando el cambio climático afecta directamente a estos recursos, también afecta el sustento de las mujeres. El agotamiento de los recursos naturales puede suponer nuevas cargas para la mujer, que tendrá que atravesar mayores distancias en búsqueda de leña y agua. Debido a que las mujeres desempeñan una función y una responsabilidad primordiales en la alimentación, la prestación de atención y la producción de alimentos para la familia, el respeto de sus derechos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria.
10. Todas las personas tienen derecho a recibir alimentos. Esto significa que todas las personas tienen el derecho a alimentarse a ellos mismos y a sus familias con dignidad. Las personas tienen que poder cultivar, cazar o pescar los alimentos que necesitan o ganar dinero suficiente para comprarlos. Para poder ejercer el derecho a la alimentación es necesario garantizar que las personas tengan los conocimientos, las aptitudes, los recursos y las oportunidades necesarios para obtener alimentos. También significa que cuando las personas, por razones que están más allá de su control, no pueden alimentarse, siguen teniendo el derecho a la alimentación y es preciso ayudarles hasta que pueden alimentarse de nuevo por su cuenta. Los gobiernos deben hacer todo lo posible para garantizar que todos sus ciudadanos no pasen hambre y tengan acceso a alimentos de buena calidad y seguros. Todos los miembros de la sociedad –individuos, familias, comunidades locales, sociedad civil y empresas privadas–tienen la responsabilidad de garantizar y proteger el derecho a la alimentación para las comunidades locales y mundiales.
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